¿Sin experiencia?

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¿No tienes experiencia en oratoria? No te preocupes. Tengas o no experiencia en oratoria, y tengas o no dificultades con el idioma o con tu manera de expresarte, el que estés leyendo esto indica que exponer en público está suponiendo para ti una responsabilidad que tienes que atender. 

Quien informa y comunica mejor, siempre contará con una gran ventaja. Pero si además motiva y siente empatía por sus interlocutores y oyentes, tendrá más de una ventaja.

La oratoria se trata del output de tu input. ¿Input? ¿Output? ¿Qué es eso? Es solo una manera de ilustrarlo. Me explico. Los amplificadores de sonido (esos grandes equipos de los conciertos, como en cualquier equipo de sonido) tienen en la parte posterior una conexión para el micrófono. Si te fijas bien, donde se conecta el micrófono dice input, y donde se conectan los altavoces o parlantes dice output. IN, de "ingreso", OUT, de "salida". Por el input ingresa el sonido de la voz, y por el output sale por los parlantes.

En tu cuerpo tú también tienes, por decirlo así, un sistema input y output mediante el cual ingresas y extraes datos de tu cerebro. Por input me refiero a todos los conocimientos y experiencias que ingresan por tus sentidos y que procesas en tu interior, y por output, a lo que sale de tu interior mediante tu habilidad como comunicador. 

Para la oratoria solo debes extraer algunos de esos datos procesados en tu cerebro y darlos a conocer al auditorio. Así de simple.

Por eso, aunque se suele convocar a las personas más competentes en su campo para llevar a cabo la mayoría de proyectos que implican tratar con la clientela, es más probable que al terminar el proceso de evaluación de los candidatos, seleccionen a los que comunican mejor sus ideas, a los que usan mejor su conexión de output.

La razón es que la eficacia de cualquier trabajo en equipo depende mucho de que las instrucciones se impartan y compartan oralmente o por escrito de la manera más clara y entusiástica, y eso solo será posible si los candidatos tienen habilidades para la comunicación, y la habilidad para la oratoria es siempre una de las más apreciadas.

Aunque no estés muy consciente de ello, todos los discursos, conferencias y entrevistas y cursos que has escuchado en tu vida tuvieron un efecto en tu percepción de la realidad, y en cada caso, mucho dependió del desempeño del orador o maestro y de cómo se conectó con el auditorio. Pero también dependió de la actitud de los que prestaron atención. Y todo eso fue un input que influyó en tu percepción de la vida.

Algo parecido ocurre cuando lees un libro. Aunque no puedes modificar las palabras del autor, porque están escritas en el libro, puedes sincronizar tu actitud con la suya y sacarle un provecho (mínimo o máximo), dependiendo del interés que le pongas.

Aprender una técnica eficaz de oratoria te alivia el peso de la responsabilidad de exponer. Y como en todo en la vida, a pesar de que al principio te exija un poco más de tiempo y esfuerzo, es vital que le des atención. 

En realidad, tu aprendizaje y experiencia (tu input), nunca terminan. Hay tantos detalles interesantes en la vida que seguramente te agradará obtener conocimientos prácticos y relevantes. Por eso, ¡recibe mi más cordial bienvenida a Oratorianetmóvil!

Cuando la sindemia nos movió el piso a todos, tuvimos que adaptar nuestra forma de comunicarnos con los auditorios. Todavía se mantuvieron algunos contactos masivos, pero por precaución y bioseguridad, los oradores más precavidos optaron por la ventaja de las teleconferencias. No obstante, los principios fundamentales de la oratoria no cambiaron. ¿Por qué?

Porque sin importar el idioma que hablemos, y al margen de nuestra cultura y tradición, todos los seres humanos somos comunicadores y generalmente buscamos formas de hacer contacto, ya sea para escuchar o para expresarnos. Eso no ha cambiado ni cambiará. El input, es decir el estudio y el aprendizaje, no terminan.

De modo que prepárate para disfrutar al máximo de tu nuevo emprendimiento para conocer técnicas dinámicas, y déjame compartir contigo mi manera de percibir la comunicación, basada en más de 50 años de experiencia.