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La memorización es fundamental para fortalecer las redes neuronales; pero el impacto, la reiteración y la asociación de ideas son fundamentales para una memorización eficaz. De hecho, consolidan todo y constituyen uno de los pilares de las Técnicas Dinámicas Para Hablar en Público, Ganar Confianza y Relacionarse con los Demás.
Ahora bien, aunque la oratoria y la guerra son contextos completamente distintos, algunos principios estratégicos de Sun Tzu son aplicables a la comunicación persuasiva, ética y eficaz. Por ejemplo, recurrir a una estratagema, es decir, a la sorpresa y la confusión controlada. Veamos.
Genera una sorpresa o confusión intelectual momentánea
Puedes introducir una idea o plantear una afirmación inesperada que capte la atención del público y lo saque de su estado de comodidad o previsibilidad. Esa pequeña "desorientación" no pretende engañar, sino abrir un espacio de curiosidad o duda que haga que la audiencia esté más receptiva al mensaje.
Explota cierta vulnerabilidad
Quizá detectes que tu audiencia abriga una suposición errónea. Podrías valerte de la expectativa con el fin de desafiar dicha postura y abordarla de una manera constructiva. Al exponer el error o suposición de una manera que impacta, abrirás una puerta fomentando una mejor disposición para exponer tu argumento de forma más sólida y persuasiva.
Impacta más profundamente en el proceso de memorización
La sorpresa, es decir, lo inesperado, también puede convertirse en una herramienta de tipo emocional que genere una reacción más dispuesta y profunda, de modo que conecte a tu audiencia no solo en un plano superficial, sino profundo. Dicho impacto en las redes neuronales puede ayudar a que el mensaje o argumento central tenga una resonancia y memorización más duradera.
Siempre prepara el terreno para convencer y persuadir
Al valerte del factor sorpresa o distracción inicial, crearás un ambiente emocional e intelectual en que tus oyentes estén más dispuestos a escuchar y razonar lo que viene después, y una vez que capturaste su atención y despertaste su intelecto con dicha pequeña dosis de incertidumbre, el terreno quedará listo para que el argumento principal se arraigue con mayor fuerza y convenza.
De este modo, con la asistencia de una estratagema, potencias tu oratoria ocultando momentáneamente tu verdadera intención para luego revelarla de una manera mucho más eficaz.
No se trata de manipulación, sino de una fórmula ganadora para orientar y conducir al auditorio hacia una comprensión y convicción más efectiva, facilitando una conexión más profunda con sus redes neuronales sin salirte del marco ético ni vulnerar su libre albedrío.
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Este artículo ha sido redactado por el autor y pulido con cierta asistencia de la IA.